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Slow Tourism: en qué consiste la nueva forma de viajar

El slow tourism, o turismo lento, es una forma de viajar totalmente opuesta al turismo de masas. En los últimos años, se ha vuelto cada vez más popular. Es un fenómeno que nace a partir de los años ’80, con otros fenómenos como el del slow food.

El término Slow Tourism deriva del concepto de Slow Movement, que se estableció por primera vez con el nacimiento de Slow Food en el 1986 a Bra, en Piemonte, gracias a Carlo Petrini. Todo comenzó con una protesta de Petrini contra la apertura del primer McDonald’s en Roma el mismo año. Esto llevó al nacimiento de un movimiento que promovía principalmente la tradición culinaria local oponiéndose a la cultura rápida de la comida rápida. En los años ’90 empezó a desarrollarse también la idea de Slow Tourism.

Slow Tourism no es solo una manera de viajar, sino también una filosofía de vida. La idea básica es bajar la velocidad para disfrutar del viaje. Las personas que deciden viajar así prefieren la calidad y no la cantidad, eligiendo destinos menos conocidos y quedarse por largos períodos de tiempo para poder sumergirse en la cultura local.

El Slow Tourism está en contra el turismo de masas. De hecho, prefiere la sustentabilidad. Al viajar despacio, los turistas reducen su impacto ambiental, prefiriendo medios ecológicos como la bicicleta o aquellos que contaminan menos como el tren. En lugar de alojarse en hoteles, prefieren instalaciones ecológicas y posiblemente gestionadas por los lugareños. Estos viajes ofrecen la oportunidad de descubrir joyas, pueblos y senderos históricos inmersos en la naturaleza, y vivir momentos únicos, lejos del turismo de masas.

En un mundo cada vez más rápido y globalizado, el Slow Tourism es una alternativa para aquellos que quieren escapar del estrés y de una realidad cada vez más agotadora y opresiva, invitando a redescubrir el placer de la lentitud, la autenticidad y la reflexión durante el viaje.