El parque sumergido de Baia es un sitio de naturaleza submarina. Se trata de una antigua ciudad romana que el fenómeno del bradisismo ha relegado al fondo del mar.

A poca distancia de la ciudad de Nápoles, precisamente en Baia, se encuentra este parque sumergido cuyo valor histórico y cultural es inigualable. A pesar de que haya sido establecido en tiempos recientes, es un “unicum” de la zona mediterránea además de un área paradisíaca, sobre todo para los amantes de la exploración submarina. 

El parque es un ejemplo de protección arqueológica subacuática. A menudo se le recuerda como la “Pompeya submarina” por la extraordinaria riqueza de hallazgos arqueológicos sumergidos a 5 – 7 metros debajo el nivel del mar.

Parque sumergido de Baia

Parque sumergido de Baia: donde se encuentra

El parque se encuentra exactamente en Bacoli, en la ciudad homónima de Baia. Se trata de un sitio arqueológico sumergido, testimonio de la floreciente colonia romana, a la que los turistas pueden acceder gracias a los recorridos de visita.

La Atlántida Romana

Baia constituyó una sección de Roma en tierra campana, cuyos valores paisajísticos crearon las condiciones para una asidua frecuentación del potentado romano. Las dimensiones de la ciudad eran modestas, se contaban de hecho 400 metros de construcciones, entre ellas termas y villas de patricios romanos. La ensenada de Baia estaba caracterizada por villas marítimas suburbanas. La localidad era famosa por sus cálidas aguas termales, buscadas por el lujo y el descanso.  

Son varios los testimonios de autores latinos como Orazio, Properzio y Plinio el Viejo que hablan de Baia como un lugar de bienestar y salud.

Peculiaridad del parque sumergido de Baia

La particularidad de la zona es el bradisismo, fenómeno volcánico que ha afectado a toda la costa norte de la zona napolitana. El bradisismo consiste en un descenso o elevación periódica del nivel del suelo. Es reconocible visualmente a lo largo de la orilla del mar, donde provoca el hundimiento de edificios, costas y territorios. 

Orígenes del parque 

La Bahía sumergida nació en los años treinta del siglo pasado, al dragar el puerto. El proyecto de establecer un parque arqueológico abierto al público y de excepcional importancia turística fue uno de los propósitos de la actividad de Amedeo Maiuri.  En aquel momento, el gran arqueólogo afirmió:

Hace treinta años, se dragaba el pequeño puerto de Baia que en aquel tiempo, además de los veleros que amarraban para la carga de la puzolana, servía también paea el atraque de los barcos para Procida e Ischia. Las obras comenzaron y, en lugar de los bancos y las rocas, surgieron restos de columnas, estatuas y trozos de suelo. Encontraron Baia, la ciudad sumergida…
En época tardía un cataclismo la había derrumbado junto a los maravillosos mosaicos que cubrían las villas, las calles, los balnearios, las estatuas. Entonces el bradisismo presente en estas zonas volcánicas había hecho el resto haciéndola hundir.

El gobierno nacional apoyó, con solidez, la idea de volver a sacar a la luz las termas.

Teniendo esto en cuenta, el Área Marina Protegida se estableció oficialmente por decreto interministerial de 2002. Su institución favoreció la creación de una zona destinada a la protección de estos restos y una serie de recorridos de visita.

Las obras maestras del parque

Los hallazgos más valiosos y dignos de mención son:

  • Ninfeo di Punta Epitaffio
  • Ninfeo Sommerso di Claudio
  • Villa della famiglia dei Pisoni
  • Villa a Protiro
  • Portus Julius
  • Secca delle Fumose 

En conslución, el extraordinario valor de estos sitios es su excelente estado de conservación, así como su valor histórico arqueológico. Por consiguiente, es indiscutible la belleza de este sitio sumergido, en combinación con la peculiar flora y fauna marina, modelado por la fuerza del subsuelo de los Campos Flégreos.

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