Ubicación: Schiazzano
Con su suntuosa arquitectura y sus detalles ricamente decorados, la Iglesia de Jesús Salvador en Schiazzano representa un importante punto de referencia para la fe y la historia de la comunidad local, inspirando y uniendo a los fieles a lo largo de los siglos.
Fue construida a finales del siglo XVI, sobre cimientos que datan de una iglesia anterior del siglo XV, la majestuosa iglesia del Santísimo Salvador de Schiazzano fue terminada hacia 1624. Esto queda evidenciado por la fecha grabada en el frontón de la entrada, que destaca su importancia histórica y religiosa.
Entre 1673 y 1792, se completó el interior de la iglesia de Jesús Salvador en Schiazzano . En la capilla a la derecha, fundada por Costanzo Cangiano en el siglo XVII fue dedicada a San Nicola. Además se encuentra un cuadro del santo realizado en 1673 por el siciliano Michele Gregorio. El altar de mármol de 1792, donde está enterrado el fundador, está enriquecido con un epígrafe funerario que muestra el escudo de armas gentilicio.
La iglesia fue consagrada entre 1689 y 1763 y Monseñor Ettore Gironda la elevó a la parroquia en 1689. Mientras que Monseñor Giuseppe Bellotti la consagró el 20 de octubre de 1763, como testimonia una epígrafe en la sacristía.
En 1799, el altar del Rosario, ubicado al lado de la puerta, que pertenece a la Congregación del mismo nombre, fue sustituido. Luego fueron Giuseppe y Liberato Mollo e incluso los marineros de Schiazzano los que donaron el nuevo altar de mármol, como atestigua un epígrafe.
La arquitectura de la iglesia destaca por su simplicidad y grandeza: una nave única con una suntuosa bóveda, un amplio ábside y una imponente cúpula. El Arco Mayor, ubicado entre dos capillas laterales, es un punto focal en el espacio sagrado. A lo largo de las paredes de la nave, en cambio, hay tres altares a cada lado, que enriquecen la espiritualidad del ambiente.
Muy interesante es el Altar Mayor, que data del siglo XVIII, realizado con preciosos mármoles policromos. Este altar contiene el simulacro del Santo Salvador, guardado en un majestuoso ancla adornada con columnas y un frontón roto, símbolo de veneración y devoción para la comunidad religiosa. En conclusión, la presencia de la estatua sagrada acentúa aún más el significado espiritual y la sacralidad del lugar de culto.