Localidad: Pastena
La Capilla de San Sebastián se encuentra a lo largo de Via Canale, el camino de Pastena a Sant’Agata sui Due Golfi, no muy lejos de los antiguos lavaderos. Representa una auténtica joya histórica que hunde sus raíces en el siglo XV. Se dice que fue erigida en ocasión de una plaga. San Sebastián, de hecho, es el santo patrono de los afligidos y protector de la peste.
Uno de los momentos cruciales en la historia de la capilla ocurrió después de la peste de 1656. Tras esta trágica epidemia, la capilla fue restaurada gracias a las generosas limosnas recogidas por Bartolomeo Cuccaro, demostrando la resiliencia de la comunidad frente a las adversidades.
El epígrafe en la capilla de San Sebastián
En 1880 el párroco Castellano, durante las obras de renovación, hizo un descubrimiento extraordinario: un epígrafe tallado en piedra de Massa. El epígrafe ofrece una ventana de tiempo a la historia de la capilla, enfatizando su propósito original en la lucha contra la peste de 1656. La inscripción conmemora la contribución esencial de Bartolomeo Cuccaro en la recaudación de fondos para la restauración y subraya la expansión de la capilla como signo de gratitud por la protección divina.
Al no ser totalmente legible, fue completada y reproducida en mármol, para ser colocada en el vestíbulo, a la izquierda de la puerta. Dice así: «Divo Sebastiano martiri | sacram Aedicuiam antiquitus | pro pestilentia sublata erectam; | An. D. MDCLVI | iterum fatali tabe saeviente | Oppidum Pastinae | voti compos ex animo | tutelari praesentissimo | exiguum sacellum ampliavit».
El interior de la capilla presenta un fresco antiguo, que representa la Santísima Virgen y los Santos Bartolomé, Gennaro, Sebastiano y Sossio. Aunque el tiempo ha causado daños, con partes pintadas con menos precisión, el fresco sigue siendo un ejemplo conmovedor de arte sagrado que ha resistido las pruebas del tiempo.
En conclusión, la Capilla de San Sebastián es mucho más que un lugar de culto. Es un testigo vivo de la fe, la resiliencia y la solidaridad de la comunidad a lo largo de los siglos. Cada piedra, cada epígrafe y cada fresco cuentan historias de esperanza y devoción que siguen inspirando a los que se aventuran a lo largo del camino desde Pastena hasta Sant’Agata sui Due Golfi.