La pequeña capilla de San Pedro está situada en la encantadora localidad de Crapolla. Es una joya llena de historia y leyenda. Fue construida con las piedras que una vez fueron parte del Monasterio de los Benedictinos Negros (también conocido como la Abadía de San Pedro). La capilla está rodeada de elementos que narran los acontecimientos de un pasado fascinante.
Junto a la capilla se levantan majestuosas columnas y bases de mármol. La leyenda que rodea este fascinante lugar sugiere que la abadía fue construida sobre los restos de un templo romano, erigido a su vez sobre los restos de un antiguo templo dedicado a Apolo. De aquí derivaría el topónimo Crapolla, que lleva consigo las huellas de una historia milenaria.
La peregrinación a la Capilla De San Pedro
La tradición dice que San Pedro hizo una parada en Crapolla durante su viaje a Roma. Cada año, por la mañana del 29 de junio, con ocasión de la fiesta de San Pedro, los fieles emprenden una peregrinación desde Torca a la capilla. Aquí, en una sugestiva celebración de la Santa Misa, los devotos rinden homenaje al santo. Hay celebraciones que se extienden hasta la playa. En la playa la comida y la diversión se funden en una atmósfera de alegría y devoción.
El espacio frente a la capilla ofrece una vista privilegiada de la isla de Isca; esta ofrece a los visitantes una mirada encantadora sobre este rincón del paraíso. A la izquierda, el Monte de Torca domina el horizonte. La Torre de Crapolla forma parte del sistema defensivo de las torres de vigilancia. De hecho, la seguridad de las costas estaba garantizada por poderosas estructuras de vanguardia.
Con su fusión de historia, leyenda y espiritualidad, es un lugar único que invita a los visitantes a sumergirse en la atmósfera sugestiva de un pasado lleno de encanto y misterio.
