Annunziata

El pequeño burgo de l’Annunziata es una mezcla de historia y arte. Gracias a su ubicación, cuenta con notables bellezas paisajísticas.

Situada en la zona de colinas de Massa Lubrense, la aldea de la Annunziata es la más rica de memorias históricas; aquí los normandos fundaron el primer asentamiento de la ciudad de Massa.

Antiguamente centro histórico de Massa, la aldea de la Annunziata es hoy uno de los pueblos más característicos del municipio. Se caracteriza por un puñado de casas, con los típicos techos abovedados, a unos 200 metros sobre el nivel del mar, encaramadas entre el Castello Aragonese y la antigua Catedral.  Una intriga de callejuelas y escalinatas pone en comunicación las antiguas casas del burgo, casi todas realizadas entre los siglos XIV y XVI.

La Iglesia de la Annunziata, en la pequeña plaza del pueblo, fue catedral hasta 1465; más tarde, la sede episcopal fue definitivamente trasladada a la iglesia de Santa Maria della Grazie en Massa Centro. Aquí permaneció hasta la supresión definitiva de la diócesis de Massa Lubrense en 1801. El Conservatorio anexo es hoy un convento de los Frailes Mínimos de San Francisco de Paula.

No muy lejos, Torre Turbolo (erigida entre 1607 y 1614 como sede de la Casa de Empeño) y el mirador más reciente, equipado con vitrinas, bancos, parterres y un mirador. El mirador de Annunziata es el punto panorámico por excelencia para admirar Capri y la costa de Massa.

Cuesta abajo hay la Villa Murat del siglo XVIII (o Villa Rossi); aquí en 1808 el rey de Nápoles Gioacchino Murat, alojado por el literato Andrea Rossi, dirigió el asedio contra los ingleses para la reconquista de Capri. En una habitación de la misma villa Gioacchino Murat firmó la capitulación de la isla.

El castillo

Destruido por los angevinos, y aún por los aragoneses, el pueblo de Annunziata fue parcialmente reconstruido en el siglo XVI. También las murallas fueron reconstruidas después de la catástrofe de 1558: hoy se puede admirar parte de la antigua muralla que surgía alrededor del Castillo Aragonés. En el lugar donde estaba el castillo, en la cima de la colina, se levanta ahora una torre cilíndrica de defensa.

Hoy en día, después de algunas obras de renovación, se puede visitar la antigua torre con motivo de eventos y manifestaciones. Se llega por la empinada escalera que, desde la plaza frente a la Iglesia de la SS. Annunziata, serpentea entre las casas del burgo, todas realizadas en la típica toba gris de Sorrento.

La vista desde el castillo es una de las más impresionantes de la península de Sorrento: a ojos vista se puede admirar el Golfo de Nápoles, las colinas del Deserto, Le Tore y la isla de Capri que casi se toca con la mano.